
Borís Rozhin (cor. Cassad)Trad. Iñigo Aguirre // Amigos de la RP de Donetsk
Las palizas a la gente que se atrevió en Járkov a protestar contra el acto vandálico del derribo de la estatua de Lenin, muestra bien a las claras, que la guerra civil está en pleno apogeo y que el derramamiento de sangre está lejos de haber terminado.
Recurriendo a los miembros de los batallones de castigo que han salido corriendo del Donbass, la Junta intenta apastar por la fuerza la todavía endeble resistencia que ofrece Járkov con sus poco numerosos mítines y los escasos ataques por sorpresa que puedan hacer los guerrilleros.
Como corresponde a los fascistas, La Junta intenta asustar a la ciudad para erradicar por competo de la mente de la gente, la sola idea de atreverse a alzarse contra el régimen fascista. Y sin embargo la débil resistencia que ofrece Járkov no deja de asustar a la Junta, por lo que está intentando aplastar por completo todo foco de resistencia por pequeño que sea, recurriendo a la posibilidad de utilizar a la gente venida de las regiones occidentales y a los miembros de los batallones de castigo que están “descansando”, contra los que el movimiento local, escasamente organizado, a duras penas puede ofrecer resistencia: No hay armas, los líderes en su mayoría, bien han sido arrestados, bien se han visto obligados a huir. La organización de la gente está en un nivel muy bajo. Contra un enemigo así, los miembros de los batallones de castigo se las apañan bien. Cambia mucho la cosa cuando de combates de verdad se trata: los cientos de cadáveres regados por todo el Donbass lo muestran de un modo elocuente. Y ya que combatir contra un enemigo armado queda fuera de su alcance, no renuncian a la posibilidad de resarcirse desfogándose contra gente desarmada y contra monumentos.
Por lo demás, si se trabaja como es debido para caldear la situación, se hacen llegar armas, y se le suma la incorporación de especialistas de la zona con los conocimientos requeridos, la región de Járkov se presta perfectamente para poder librar una guerra de guerrillas, capaz de atraer a los activistas locales, a los que en gran medida les ha frenado hasta ahora la falta de armas para poder luchar y la ausencia de una organización.
En general no creo que puedan apaciguar Járkov de ese modo. Sin llegar a convertirse en una caldera como el Donbass, no ha dejado de demostrar su rechazo sistemático a la Junta fascista. Así que me inclino a pensar, que se van a producir acciones de respuesta.
Jarkovita
2014/09/30
La pregunta es ¿quiere Putin llevar la guerra a Jarkov?
dedona
2014/10/01
La pregunta es «¿será liberado Jarkov de la ocupación fascista y la dominación de los oligarcas o lo impedirá Putin si pacta con la junta de Kiev?
domingo reyes
2014/10/01
A veces me parece, no se si me equivoco, que el análisis tiende a hacerse partiendo de la premisa de que existe la unión soviética y de que putin es un paladin de la lucha democrática del pueblo ruso hacia su emancipación de la explotación capitalista, nada mas lejo de la realidad, putin es un burgues nacionalista, que los intereses que representa están en contradicción con lo de los grandes monopolios internacionales por la repartición de las riquezas, y en un país con el pasado de Rusia hay que parecer que esta cerca de los planteamientos revolucionarios para conseguir apoyo del pueblo, pero putin es parte de los que ayudaron a derrocar lo que quedaba de gobierno de los soviets, novorosia para el es una mercancía que puede sacrificarse al pragmatismo post soviético, entonces , tendríamos que preguntarnos, ¿Cuánto se alejan de los intereses de los oligarcas fascista de Kiev los intereses del grupo de putin? si los pueblos de esas regiones no están en condiciones de sostener por si el combate al fascismo, no solo serán las estatuas de Lenin que rueden, ojala me equivoque.