El 25S : una falsa bandera, una provocación, una trampa / Benjamín Balboa

Posted on 2012/07/30

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[Benjamin Balboa RPS] Sobre la convocatoria del 25 S toma u ocupa el Congreso puede decirse que se ha producido sin tener en cuenta a ninguna organización republicana conocida (ni la UCR, ni la Plataforma de Ciudadanos por la República, la propia Junta Estatal Republicana), ni partidos de ese ámbito (RPS, IU, PCE, IR, u otros). La génesis partió de otras personas y se ha desarrollado al margen de cualquier contacto. Los únicos contactos han sido los establecidos con gestores de páginas en FB a los que se han pedido ayuda para la difusión

El manifiesto que acompaña la convocatoria se ha escrito colectivamente en FB por un grupo de colaboradores de la página original del evento y tiene la literalidad que tiene, es decir, que se explica por sí mismo. En ese texto no se hace ninguna referencia a la legitimidad de la República Española y el conflicto entre ésta y el régimen de la transición. Tampoco se tiene en cuenta el papel de la Tercera República en la solución a la crisis actual; todo el asunto está completamente desligado de las luchas por la Tercera Republica y en las discusiones e intercambios de opiniones con los redactores que se han celebrado episodicamente en las redes sociales la posición de los ponentes ha sido siempre antirrepublicana, con un discurso contra la república que incluía tópicos propios de la derecha («la república divide», «el discurso obsoleto del 36», «la gente se asusta con la república», «estamos en el siglo XXI», etc). Las apelaciones al «poder constituyente» y a la «libertad constituyente» se realizan desde recientes redefiniciones reaccionarias de estos términos clásicos que los vacían de contenido y destruyen su potencial revolucionario y republicano. Es, por tanto, un texto que se situa en una posición que asume la desconexión histórica entre las luchas actuales y las luchas democráticas que nos precedieron. Es un error y un retroceso.

El texto de la convocatoria es ambiguo y poco claro. Cita las diferentes tendencias de la izquierda y el pensamiento democrático, pero lo hace desde una perspectiva «ciudadanista» y «globalista», que lo enmarcan en el pensamiento postmoderno que se nos pretende imponer, rompiendo la tradición de la izquierda, negando la clase obrera como categoria, los trabajadores como sujeto histórico, o incluso el concepto de ciudadano del republicanismo jacobino, para «inventarse» sucedáneos de supuestos sujetos al margen de todas las tradiciones de lucha. No es que cuestione esos conceptos: los dinamita y oculta los restos. Esto es pura intoxicación sin otro objeto que alienar a las personas y facilitar la aceptación de las ideas dominantes actuales.

La convocatoria ha sido ampliamente difundida por las redes sociales viralmente (es decir, que desde unos puntos de partida diversos y conscientes, los propios usuarios de las redes han procedido a redistribuirla aunque no fuese convocantes o personas ligadas a la convocatoria), llegando mucho más allá del alcance natural de quienes lo promovieron.

La convocatoria es en lo organizativo y en su plan de acción de una superficialidad sorprendente dada la envergadura de lo que pretende. Pretende presionar al Congreso de los Diputados para forzar la dimisión del gobierno, la anulación de la constitución actual y forzar unas elecciones constituyentes; unos objetivos de cierta importancia y que aconsejarían —decimos— un cierto diálogo y coordinación entre los que pudieran participar de ese objetivo. No lo hay. Se prescinde de partidos y sindicatos, de fuerzas organizadas existentes y se convoca al pueblo bajo la forma de marcha o movimiento. Es una acción populista y –por antipolítica y antipartidos— semifascista.

Es una acción confusa, genérica, antipolítica, al margen de partidos y fuerzas organizadas, que niega el discurso y la tradición de la izquierda, que olvida y denigra la lucha republicana, que llama alegremente a correr graves riesgos ante la acción represora del estado y que no llega más allá de dar una cita, un día y una hora para una quedada. La acción está contando con el apoyo «por simpatía» de grupos fascistas que comparten el discurso ciudadanista y anticlase, propio del populismo reaccionario.

Entendemos que puede haber muchas personas bientencionadas que hayan simpatizado con esta propuesta dada la confusión dominante y el temor ante la actuación reaccionaria del gobierno, pero debemos alertar sobre los peligros de esta acción, la naturaleza oscura de su origen, los graves errores de planteamiento y su carácter más antirrepublicano que antisistema. Estamos ante una provocación populista y parafascista en la que no se debe caer. No basta con señalar que muchas personas participen buenamente en la convocatoria, o que haya predominado la buena intención confundida por la ignorancia: el tema es lo suficientemente grave y de alcance como para que haya que ser claro y firme. Hay que denunciar con firmeza la convocatoria fantasma del 25 S. Nadie de izquierda y republicano debe acudir a una convocatoria parafascista, por muy disfrazada que esté. Los republicanos estamos en marcha, estamos tratando de coordinarnos y trazar planes de acción que hagan frente a la situación real. Esta convocatoria es una falsa bandera, un engaño y, muy posiblemente, una trampa. No acudáis.