[Sociología Crítica]. Se ha realizado una declaración contra la guerra los días 7 y 8 de junio a cargo de diferentes grupos de izquierda. Los activistas de Borotba la han dado a conocer y han realizado igualmente unas matizaciones a su firma; esta especie de voto crítico que realizan nos habla de su buen sentido y conexión con la realidad. A continuación de este comentario inicial que vemos preciso hacer, recogemos el texto citado completo.
Parar la guerra, evitar la matanza es, como no podía ser menos, una coherente demanda de cualquier izquierda que se precie, pero la realidad tiene su propia lógica implacable, y por mucha interpretación idealista que se haga de ella, la realidad nos acaba pasando por encima si nos ponemos —idealisticamente— por en medio. Esta reunión de Minsk que ha hecho público este comunicado es en exceso idealista y muy poco dialéctica. Lo único que ha impedido el triunfo total de la Junta de Kiev y que sus escuadrones de la muerte hayan asesinado en sus casas a los militantes de izquierda y a cualquiera que se haya movido, ha sido precisamente el que se haya pasado a la acción y se hayan formado milicias populares capaces de tomar el control de sus localidades y región y posteriormente defenderse con las armas en la mano; esto es un hecho, no una interpretación. ¿Qué hay un componente nacional-chovinista en las RPD y en la RPL? Posiblemente, pero ¿qué componente en Borotba —lucha, en ucraniano— es el que ha impedido que esta organización haya llamado a formar un Batallón de Voluntarios que compense esa «desviación»? Son los batallones de voluntarios los que han impedido la caída de la línea de Dontesk y Lugansk, son los milicianos que están luchando y muriendo en Krasny Liman, en Kromatorsk, en Semionovka, en cada frente con el enemigo, los que están frenando hasta hoy los planes de aniquilación que tienen los golpistas de Kiev.
Cuando los bolcheviques lograron tomar el control en 1917, Lenin propuso un alto el fuego y un armisticio con los alemanes; su objetivo era parar la guerra, pues de mantenerla, la situación del gobierno revolucionario, atrapado en dos frentes, los blancos y los imperios centrales, sería insostenible. La contradicción principal no era mantener la guerra contra el Kaiser, era otra. La propuesta de paz fue aceptada. ¿Por qué? Para Alemania el frente ruso no era en ese momento importante, un débil gobierno revolucionario no era motivo de preocupación inmediata, sino algo a resolver después de una hipotética victoria. Sacar dos millones de soldados de Rusia y Ucrania y llevarlos al frente occidental si era primordial para los alemanes. Aceptaron la oferta de armisticio. Hoy, en Ucrania, la Junta de Kiev tiene unas prioridades muy diferentes. Ya han vendido el territorio del Donbass a las empresas multinacionales, les sobra la población local, tienen planes de expulsión para millones de personas y considerables dosis de odio y deseos de muerte que aplicar. La única forma de parar eso es luchando, habida cuenta de que ni la Union Europea, ni los EE.UU van a pararles, más bien todo lo contrario. ¿Qué hacer, entonces? Si se pierde la guerra, el desastre será absoluto. Los militantes de Borotba, y del propio PC de Ucrania, están luchando, unos civilmente en el territorio ocupado por la Junta y otros incluso militarmente en las filas de la milicia, pero no ha noticia ninguna de llamadas a unirse a la lucha ni de unidades creadas por las organizaciones marxistas.
Cuando el enemigo te quiere destruir físicamente, la única opción es la resistencia. ¿Donde están los batallones convocados por el PC de Ucrania o por Borotva? ¿Podrían los compañeros de Ucrania ofrecer alguna explicación de por qué no se tienen noticias de unidades de voluntarios específicamente de izquierda creadas por sus organizaciones? la lucha tiene un inequívoco componente antifascista, de resistencia de clase frente a los oligarcas, y hasta de internacionalismo, sin que se detecte persecución alguna contra lo «ucraniano» por el hecho de serlo, es una lucha que esta siendo sentida como propia por muchas personas en muchos países. Sabemos el nombre de los Narodny Komandir, pero ¿hay algún Krasny Komandi? ¿Por qué?]
Ucrania: Observaciones a la declaración contra la guerra «La izquierda de Minsk»
Borotba
Traducido del ruso por Carlos Valmaseda
El encuentro contra la guerra de izquierdistas de Ucrania, Bielorusia y Rusia en Minsk ya ha sido bautizado como «el nuevo Zimmerwald». En Zimmerwald, como es sabido, se celebró una conferencia de socialistas contra la guerra en 1915. Pero como también es sabido, los participantes en la conferencia se dividieron en pacifistas moderados y «la izquierda de Zimmerwald» (Lenin, Zinoviev, Platten, Haglund, Radek, Berzins, Borhardt, Nerman). Los abajo firmantes han decidido hacer pública su posición, que se puede denominar «de la izquierda de Minsk». La declaración está abierta a su firma.
El 8 de junio en Minsk representantes de algunos grupos y organizaciones de izquierda de Ucrania, Bielorusia y Rusia propusieron la siguiente declaración. Nosotros, los abajo firmantes, apoyamos esta iniciativa, con algunas reservas, que aparecen más abajo.
Esta es la declaración:
Resolución de la conferencia antiguerra de Minsk
Los pasados 7 y 8 de junio se celebró en Kiev una conferencia contra la guerra de izquierdistas de Rusia, Ucrania y Bielorusia, organizada por los participantes en el proyecto de internet «Prasvet» con el apoyo de left.by. Su objetivo era la consolidación de la interacción entre los izquierdistas marxistas internacionalistas de los tres países en las condiciones de histeria militarista-nacionalista y el desencadenamiento de la violencia y la represión en Ucrania.
La declaración está abierta para su firma.
Nosotros, participantes en el encuentro de organizaciones y grupos de izquierda y marxistas de Bielorusia, Rusia y Ucrania consideramos nuestra principal tarea el cese de la guerra en Ucrania. Este conflicto bélico, que sigue a la victoria de los neoliberales y nacionalistas en el «Euromaidán» de Kiev, ha costado cientos de vidas y ha permitido un crecimiento sin precedentes del chovinismo y la xenofobia en las sociedades ucraniana y rusa. La guerra permite a la clase dirigente de Ucrania consolidar a la sociedad en torno a su régimen político, desviando a los trabajadores del este y el oeste del país de la lucha por sus derechos sociales y políticos y enfrentándolos entre sí por los intereses de la gran burguesía. El gobierno de Rusia, la Unión Europea y los Estados Unidos utilizan la guerra civil en Ucrania con esos mismos objetivos: la muerte en el Donbás de gente sirve como moneda de cambio en su lucha competitiva.
Expresamos nuestra solidaridad con todos los miembros del movimiento de izquierda ucraniano que luchan contra la guerra, el nacionalismo y la xenofobia, y creemos necesario darles todos los posibles apoyos informativos, políticos y materiales. Nos declaramos en contra de la presión y la represión por parte de todas las partes en conflicto, contra los pogromos, la tortura y los secuestros de los que han sido víctimas activistas ucranianos de izquierda, antifascistas y ciudadanos ucranianos, independientemente de su punto de vista político. También nos declaramos en contra de la persecución en Crimea.
Detener la guerra: esta es la principal tarea de todos los movimientos democráticos de izquierda independientemente de su desacuerdo en las diferentes cuestiones del orden del día político. Para este objetivo consideramos necesario coordinar las fuerzas de todos los contrarios a la guerra en Ucrania formando un masivo y poderoso movimiento antiguerra.
Estas son nuestras exigencias:
Exigimos al gobierno de Ucrania detener inmediatamente la «operación antiterrorista», sacar las tropas del territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk y entablar conversaciones con las opositoras RPD [República Popular del Donetsk] y RPL [República Popular de Lugansk].
Exigimos a los participantes en el conflicto que firmen un acuerdo de paz para la completa suspensión de las acciones militares, liberar a todos los prisioneros de guerra y presos políticos y disolver los grupos armados.
Exigimos al gobierno ucraniano licenciar a los reclutas movilizados a la fuerza, cuyos familiares organizan hoy protestas en diversas regiones de Ucrania.
Exigimos a Rusia, la Unión Europea y los EEUU que dejen completamente de interferir en el conflicto bélico ucraniano y que no muestren apoyo a sus participantes.
Exigimos cesar la campaña chovinista en los medios de comunicación ucranianos y rusos, los cuales, utilizando el odio lingüístico, son unos de los principales instigadores de la guerra.
Exigimos la presentación de una nueva constitución de Ucrania, nuevas elecciones en los órganos de poder de Donetsk y Lugansk, el auténtico derecho a la autodeterminación y el autogobierno para el Donbás y todas las regiones de Ucrania.
Pensamos que las condiciones necesarias para la formación de un movimiento antiguerra se encuentran en el fortalecimiento informativo y organizativo de los grupos de izquierda en el espacio postsoviético. Con este objetivo iniciamos la creación conjunta de una iniciativa solidaria de la Cruz Roja para ayudar a las víctimas activistas de izquierda y objetores de conciencia a la conscripción en el ejército y a la formación de una red informativa de grupos de izquierda y marxistas de Bielorusia, Rusia y Ucrania.
Expresamos nuestra posición. En general, apoyamos la declaración. Pero hay matices. Esta declaración estaría bien para un movimiento amplio contra la guerra, que incluya no solo a la izquierda. Pero si esta es la posición de la izquierda entonces es demasiado moderada.
En primer lugar, no se caracteriza a la Junta de Kiev como un régimen que posee al menos algunos rasgos importantes de fascismo, según la definición clásica de Georgi Dimitrov. Hoy la Junta de Kiev es el principal mal contra el que es necesario luchar y al que es necesario destruir. Mientras exista la Junta no habrá paz -esto es lo que se desprende de la naturaleza política y de clase de la Junta de Kiev-. Si antes se podía tener la ilusión de que «en uno y otro lado están los oligarcas», los últimos hechos, como el pleno apoyo del clan de Akhmetov a la junta, así como el colaboracionismo en la práctica de las grandes empresas de Donetsk a la Junta contra la RPD, no dejan lugar a estas ilusiones. Toda la oligarquía ucraniana, como clase, está del lado de la Junta. Este hecho no puede ignorarlo la izquierda. Y este hecho no permite mantener la «neutralidad», que es el espíritu que impregna la declaración.
En segundo lugar, la izquierda debe apoyar la autodeterminación del pueblo del Donbás. Este derecho se llevó a cabo en la práctica con el referéndum en las regiones de Donetsk y Lugansk. Y si los referéndums no se realizaron, quizá, de forma ideal no fue por culpa de la RPD y la RPL sino de la Junta de Kiev, que impidió de todas las formas posibles la expresión de la voluntad de los ciudadanos. Al mismo tiempo, no es obligatorio apoyar a los líderes políticos y militares de la RPD y la RPL. Naturalmente, por desgracia, la izquierda no ha podido encabezar en esta región obrera por su contenido de clase un movimiento antioligárquico y antifascista por su actitud. Los patriotas prorusos resultaron estar más organizados que la izquierda y por eso se encontraron a la cabeza del movimiento. Este es un motivo para criticar a la izquierda y no para criticar a la RPD y la RPL.
En tercer lugar, para la izquierda rusa, naturalmente, es muy políticamente correcto poner a Rusia en el primer puesto entre las partes que han interferido, pero esto se contradice con los hechos. De facto, el apoyo de Rusia ha sido prácticamente nulo, con excepción de algunas iniciativas privadas. Las últimas acciones de la élite rusa hablan más bien de que están listas para entregar a los insurrectos del Donbás tan pronto como se les haga alguna propuesta del tipo «pago parcial del gas». Aquí, naturalmente, está más cerca de la verdad Kagarlitski, quien dice que si Rusia fuese verdaderamente un régimen democrático los tanques rusos ya estarían sobre Kiev. Al régimen ruso hay que criticarlo no por su intervención, sino por su criminal no-intervención, que bordea en la práctica la traición, acompañada de una ensordecedora propaganda patriótica y antifascista.
En cuarto lugar, es un llamamiento abstracto a «desarmar a los grupos armados». ¿Qué grupos? ¿Todos, incluidos el ejército y las milicias ucranianas? ¿O solo una parte? ¿Qué parte? ¿Es necesario desarmar a la oposición o reconocer las fuerzas armadas legales de la RPD y la RPL y reasignar a las autoridades democrácticamente elegidas de la República, que se reelegirán tras el alto el fuego? Pensamos que esta última variante garantiza más libertad y democracia para el Donbás que la capitulación de la oposición, en las condiciones de mantenimiento del ejército de la Junta de Kiev.
Con estas necesarias enmiendas nos unimos a la actual declaración. Activistas y partidarios de Borotba de 18 regiones de Ucrania.
Fuente: http://borotba.org/minskaya_levaya._zamechaniya_k_minskoj_antivoennoj_deklaracii.html
Eduardo Pimentel Mauricci
2014/08/06
La izquierda de Minsk
Como es natural cuando las tormentas agitan los horizontes, los asustados espectadores creen llegada la hora del fin y la muerte del hombre, la historia y del mundo. Convenciéndose que los sabios, poderosos y futurólogos tienen la razón.
Es hora de suspender las operaciones y retornar a nuestra pasada vida de horchata; aun cuando las miles de limitaciones de los tiempos actuales que nos atenazan con los pies bien puestos en el piso; impidiéndonos remontar ni a la altura de nuestros ojos, mucho menos a las cumbres de los abuelos que se muestran en nuestra imaginación infantil como si el pasado fuese de una u otra manera mejor; devaneo fantasmal que nos recorre más y más desde que las luces de los escaparates de occidente se opacaron con la crisis y la multipolaridad que oscurece nuestra visiones.
La tarea es Parar la guerra, evitar la matanza se multiplica de color naranja en las redes sociales. Como el mágico Potter nos imaginamos libres y coherentes con lógica propia descubrimos que hay que luchar por la paz. Ese es la ruta excelsa del momento la verdad sempiterna: La paz.
Como si la paz fuese el criterio con los que EEUU y los imperios han exterminado pueblos y naciones enteras, las unas al 100% y las otras contadas por millones. Naturalmente siempre por culpa de los corderos los zorros devoran borregos.
No son los golpistas de Kiev quienes matan indiscriminadamente a nacionalistas, o izquierdistas y pacíficos vecinos de cualquier nivel socioeconómico; no son las transnacionales las que limpian de oposición sus designios de más recursos energéticos y minerales y más mano de obra obsecuente. No es Maidan que quema vivos, destruye edificaciones de pacíficos vecinos y derriban aviones civiles. Son los milicianos que siguen y pretenden seguir haciendo su guerra y su historia.
Todo el pasado no cuenta, es hora de la paz, ya llego el tiempo de la paz. No cuenta el ayer sangriento de Odessa y Lugansk o de Palestina y donesk, eso solo son episodios existencialista que ya deben superarse con la paz;
Honor a los milicianos que frenaron a la Junta de Kiev, a los palestinos que frenaron la fiereza de Israel y convocan las conciencias de los mundos y rememoran los principio de la juventud histórica de las naciones logrando una vez más la unanimidad contra los designios del imperio global.
Lo único que ha impedido el triunfo total de las transnacionales y sus gobiernos “inteligentes” y que sus escuadrones de la muerte restituyan sus fuerzas asesinas por todo el mundo. EN Venezuela, en Brasil, en Nepal, en el oeste Chino, en fin en todos los confines del mundo ha sido la excepcional y esperanzadora juventud de los milicianos y de los palestinos.
Es un hecho y no una interpretación que algunos pueblos han formado sus milicias populares, han tenido la capacidad de controlar sus localidades y hasta regiones y ahora se defienden de pie con las armas en las manos mientras que analistas, lideres, militantes de izquierda y nacionalistas de toda laya o cualquiera que se mueva están siendo asesinados igualmente en sus camas, en sus casas.
Una vez más los destinos de los pueblos se entrecruzan con las fuerzas de la muerte de la historia de la individualidad fascista supuestamente libre; podrán los pacíficos detener a los voluntarios; podrán los neonazis masacrar los campos hasta que no quede una brizna pero la aniquilación de la muerte con cara de trasnacional global está frente a una alternativa fatal: si gana la lucha persista, si pierde nuevo frentes de los pueblos se consolidan pero en todos los casos un nuevo ciclo de crisis es inevitable, está escrito en su alma voraz de feroz capitalismo. En los crisoles de Dontesk y Lugansk se va templando el acero de viejos huracanes, superiores hoy día por la sabiduría acumulada.